En el día a día de una distribuidora, el depósito suele ser un lugar caótico: cajas por todos lados, productos que entran y salen sin control, roturas que nadie registra, devoluciones que se pierden entre pilas de mercadería. ¿Te suena familiar? Este caos no solo genera estrés: también te hace perder plata. Pero hay buenas noticias. Con pequeños cambios concretos, podés transformar tu depósito en un centro de eficiencia y control. En este artículo, te comparto 5 tips simples pero potentes que aplicamos en nuestras consultorías con distribuidoras reales en Argentina y Latinoamérica.
La base del orden empieza por la organización física. Separá claramente las zonas de:
• Entrada de mercadería
• Salida de pedidos
• Productos rotos o dañados
• Devoluciones
Tener cada sector identificado evita confusiones, mejora la circulación interna y, sobre todo, baja el margen de error. El orden físico es orden mental: si el depósito está claro, las operaciones fluyen.
Cada producto que entra o sale debe estar identificado. Usá etiquetas legibles, códigos, fechas y sistemas simples (pueden ser desde Excel hasta un WMS más completo).
Lo importante: sin registro, no hay control.
No podés mejorar lo que no podés medir. Sin datos precisos, es imposible tomar buenas decisiones.
“First In, First Out”: lo primero que entra, es lo primero que debe salir. Parece básico, pero en muchos depósitos no se aplica.
Este método evita vencimientos, acumulación de productos viejos o deteriorados, y asegura una rotación lógica del stock.
Un simple cambio en la manera de despachar puede ahorrarte miles en productos vencidos o inutilizados.
Las roturas son inevitables, pero el descontrol con ellas no debería serlo.
Separá la mercadería rota, registrala inmediatamente y tené un protocolo claro de acción: ¿se devuelve? ¿se descarta? ¿se reclama?
Si no tomás decisiones rápidas, esas pérdidas se multiplican. Un sistema claro de gestión de roturas evita fugas de plata todos los días.
Podés tener el mejor sistema del mundo, pero si nadie lo entiende ni lo aplica… no sirve.
Una capacitación mínima, clara y enfocada en el “por qué” detrás de cada regla genera compromiso.
No hace falta un curso de 3 días: con 1 o 2 horas bien pensadas, el equipo ya puede alinear criterios y operar con más eficiencia.
Según la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), una mala gestión de inventario puede representar hasta un 15% de pérdida de rentabilidad en distribuidoras medianas.
En nuestras propias consultorías, observamos mejoras de hasta un 30% en eficiencia operativa al aplicar estas buenas prácticas de depósito.
El depósito no es un lugar secundario: es el corazón operativo de tu distribuidora. Desorden significa pérdidas, pero con acciones simples y enfocadas, podés dar vuelta la situación. Aplicá estos 5 tips y empezá a ver resultados reales: más control, menos pérdidas, más rentabilidad. ¿Querés llevarlo al siguiente nivel? Empezá hoy con pequeños cambios y marcá la diferencia.
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